viernes, 1 de julio de 2011

Point.

Se llamaba Emily. era una chica que por la mañana era como todas. Tenia una pareja estable, iba a la universidad, sacaba buenas notas. Todo le iba bien.
Pero cuando caia el crepusculo algo hacia que se convertia en otra persona. Junto a su pareja hacían un grupo horriblemente peligroso. Tanto que con solo mirarles sentias miedo de ellos.
Todas las noches iban a sitios, mataban a gente, se drogaban, quemaban edificos, eran algo más que peligrosos, eran la muerte en persona. Les daba igual quien fueras o si le habias hecho algo o no, ellos sin razon alguna te matabn porque les divertía. Y luego se relajaban con una noche entera de locura desenfrenada en casa de él.
Con los años se pusieron a trabajar de forenses, vivian juntos, compartían muchas cosas, a la vista está.
Pero un dia, pensaron como personas normales y decidieron casarse.
Lo malo es que ella tenía un problema con las drogas, de tantos años con ellas se le convirtió en algo vital para su vida.
Llegó el dia de la boda. Emily iba entera de blanco, como ella quería. Su piel era blanca y fría como el mármol. Su pelo rojizo como el color que desprende una rosa nueva. Llegó al altar, pero el problema era que para tranquilizarse se drogó, y las drogas le hacian un efecto muy fuerte, es decir, aparte de que le hacia daño ella tambien hacia daño, la volvía loca.
Cuando estabasn a punto de darse el si quiero, ella se metió la mano por el vestido haciendo que todos los que estaban presente alli fijaran todas sus miradas a ella, que fuera el centro de atencion.
De la liguilla que llevaba en la pierna izquierda, llevaba escondida su juguete favorito, el que utilizaba todas las noches antes de dormir. Su bellisima pistola.
Le quito el seguro, y miró al que iba a ser su querido esposo, aquella persona con la que compartiria toda su vida, hasta que la muerte los separase.
Subió la pistola y su direccion fue el corazon de Jack, su futuro esposo.
Emily no se hacia responsable de sus actos en ese momento, pues estaba totalmente loca. Apretó el gatillo y.. BUM! La bala penetró en el corazon de su fiel esposo. La sangre salió disparada hacia el traje de Emily manchandolo poco a poco.
Emily, total y absolutamente feliz, salió de la iglesia. Fuera nevaba.
Y a lo lejos, se podia ver una mujer que mató a su marido por pura locura. Se adentró en el bosque y jamás se supo más de ella. Lo que si se sabe que a la misma hora que sonó el disparo suenan campanas de boda y risas que se contagian y te hacen feliz.

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